Los colchones Flex Airvex se componen de un material elástico, suave al tacto formado por polímeros, con estructura alveolar de célula abierta. En su composición dominan elementos naturales que también conforman la composición del aire, tales como el oxígeno y el hidrógeno. Un material revolucionario que forma microcélulas abiertas, que facilitan el paso del aire por todo el colchón y se comportan como si fuesen infinitos micromuelles.
Además, los colchones Airvex de Flex incorporan un sistema de doble ventilación exclusivo que está creado por unos canales de aireación intercomunicados que recorren el colchón en todas las direcciones.
En definitiva, los colchones Flex airvex son saludables, higiénicos, hipoalergénicos, duraderos, silenciosos, ecológicos, confortables, adaptables y ergonómicos.
En el caso de las almohadas, a diferencia de lo que ocurre con los colchones, no hay una recomendación estándar. El desgaste de la almohada es mucho más evidente por lo que se puede valorar la necesidad de cambio sin dificultad.
La detección del deterioro de los colchones es muy sutil. Hoy en día es poco habitual que se detecten bultos. Para detectar el desgaste sería necesario poder compararlo con un equipo de idénticas características, pero nuevo. Esa sería la única forma de percibir la pérdida de firmeza y de calidades del equipo. Hay algo que es importante y es considerar el factor higiene. El colchón es un producto con el que se está en contacto muchas horas e incluso con un buen mantenimiento poco a poco, de manera muy lenta, se va deteriorando.